viernes, 20 de junio de 2014

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"Partial Sickness Benefit Waltz Combined With Reduced Workload Blues"
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TECNOBIOGRAFÍA

En ésta entrada subo un snapshot de la actividad tres, éste es el link de descarga del documento. El trabajo fue realizado en Adobe Dreamweaver.












Adaptación de un texto para Web

Como parte de ésta actividad presentaré un texto referido a la Psicosis, un tema del psicoanálisis, primero ira la versión original, y luego la adaptada para web.


PSICOSIS

En la psicosis, el inconsciente está en la superficie: es conciente. El sujeto psicótico ignora el lenguaje que habla.

El desencadenamiento de la psicosis es muy simple: cuando aparece un padre en el lugar ese, que estuvo forcluido, cuando aparece una existencia. Son momentos de desencadenamiento cuando hay algo del lazo social que intenta escucharlo. Se habla de forclusión: eso que no fue fruto de significación, de afirmación primordial, de la metaforización, lo que no estuvo ordenado por ley, eso que queda excluido, cuando retorna de lo real, ya no de la realidad psíquica del sujeto, sino de lo real como algo exterior y el sujeto vive esto como algo extraño. El sujeto está martilizado lo que ocurre es que cuando la estructura edifica no puede sostener la ley desde el lugar y la función paterna, por que la relación entre el chico y la madre provoque un efecto de discordancia, que la madre no auspicia al padre y forcluye al significante paterno. La forclusión significa que se “……….. “ al sujeto como efecto del significante. Se forcluye la relación de un principio ordenador que implica la prohibición del incesto.

¿Dónde va a parar lo que se forcluye en lo simbólico? Va a parar a lo real. En el mismo acto en el que el sujeto se aliena constituyéndose como inconsciente, se puede decir por un lado que se constituye el sujeto y que por orden de la relación del sujeto con el lenguaje, en el discurso familiar, el sujeto queda forcluido de lo real.

El sujeto forcluye en lo real al padre que es forcluido de lo real, es empujado al orden del lenguaje; de ahí en más comienza el sufrimiento humano.

Si en el psicótico, desde lo simbólico está forcluido, rechaza, la función del padre, nos quedaría el nombre del padre borrado y se establece una relación diádica.
Sino resuelve en lo imaginario, porque no hay un padre real, se debe resolver en un más allá de lo imaginario, en el infinito; el sujeto tiende a la infinitización de su ser; no hay limites, no hay acotamiento del ser, no sabe quien es. Alucinación, clínica de frases interrumpibles, delirio, “…….”, son una manera de arreglárselas para suplir esta ausencia del padre; puede ser también el sinthome: asirse a un hacer.

La psicosis no tiene prehistoria, lo único que se encuentra es que cuando, en condiciones especiales algo aparece en el mundo exterior que no fue primitivamente simbolizado, el sujeto se encuentra absolutamente inerme.

Se produce algo cuya característica es estar absolutamente excluido del compromiso simbolizante de la neurosis y que se traduce en otro registro, por una verdadera reacción en cadena a nivel de lo imaginario.

El sujeto, por no poder en modo alguno reestablecer el pacto del sujeto con el otro, por no poder realizar mediación simbólica alguna entre lo nuevo y él mismo, entra en otro modo de mediación, completamente diferente del primero, que sustituye la mediación simbólica por un popular, una proliferación imaginaria.
Podemos distinguir 2 tipos de fenómenos: las personas del silencio y los fenómenos de la palabra.

La alucinación es el fenómeno del silencio por excelencia. El sujeto alucinado es el sujeto que esta extasiado frente a lo que ve, por lo tanto necesita de la palabra, se aísla y se disocia, está anclado en el silencio, fascinado. La alucinación es una fascinación de lo real.

Cuando el sujeto se constituye, hay algo de las huellas anémicas que queda fuera de la represión originaria; eso puede retornar desde lo real como algo ajeno; le retorna como algo que no fue fruto de significación, que paso por la vía de la percepción, pero fuera de la apercepción, fuera de la significación. La alucinación define esencialmente la enfermedad del sujeto secuestrado del lenguaje, de la palabra. No es la ilusión, la remitencia de las idea, deliroides del obsesivo.
Alucinación es sobre-agregar al mismo campo receptivo, un objeto que es mas bien una puesta en escena del interior del sujeto. Es el fenómeno esencial. Los demás aparecen como intentos de curación.

Por otro lado hablamos de fenómenos elementales de la palabra: el delirio y la “……..”.
Con respecto al 1º, lo que hace el psicótico es una versión del padre. Trata de hacer una nueva versión del padre que no tuvo. Lo construye a través de una suplencia, suplencia de un lugar vacante en lo simbólico, estructurándolo, intentando curarse sol. El psicótico necesita del terapeuta como garante de su delirio e intenta deglutirlo en dicho delirio; lo que no debe hacer el analista es discutirle el delirio. El delirio es un juicio de atribución (a una existencia), es patológico y falseada, hay una perdida de la realidad. Es un punto de predicación que puede distorsionar la percepción del sujeto.

Hay una distorsión que significa un fenómeno de ilusión, de alucinación, o de pseudo alucinación. Para Freud, el delirio es un intento de curarse, una defensa ante la alucinación. Es un intento de restitución de lo que el sujeto perdió o no tuvo como realidad. Puede aparecer en forma de frases interrumpidas, en las que no esta completo para el otro lo que escucha, y donde a lo mejor el sujeto si lo ha completado en su cabeza. Allí el silencio se va colando y no adquiere una oración de significación total. Es una modalidad de ponerle límite al goce, al sufrimiento. La holofrase pude aparecer en aquellos discursos de frases interrumpidas. Esta tiene que ver con el significante que esta en juego en la neurosis, el significante uniano, único como punto de idealización, fundamento de toda causa. Se trata de la unión de pedazos de otras palabras que para el sujeto no significan nada; se puede recuperar aquella cadena cortada que quedo anclada en una frase o palabra, y descubrir su significación.

Lo ideal es “……….” La cura del psicótico en una dirección de la holofrase al delirio, del delirio al síntoma.




PSICOSIS



En la psicosis, el inconsciente está en la superficie: es conciente. El sujeto psicótico ignora el lenguaje que habla.





El desencadenamiento de la psicosis es muy simple: cuando aparece un padre en el lugar ese, que estuvo forcluido, cuando aparece una existencia. Son momentos de desencadenamiento cuando hay algo del lazo social que intenta escucharlo. Se habla de forclusión: eso que no fue fruto de significación, de afirmación primordial, de la metaforización, lo que no estuvo ordenado por ley, eso que queda excluido, cuando retorna de lo real, ya no de la realidad psíquica del sujeto, sino de lo real como algo exterior y el sujeto vive esto como algo extraño. El sujeto está martilizado lo que ocurre es que cuando la estructura edifica no puede sostener la ley desde el lugar y la función paterna, por que la relación entre el chico y la madre provoque un efecto de discordancia, que la madre no auspicia al padre y forcluye al significante paterno. La forclusión significa que se “……….. “ al sujeto como efecto del significante. Se forcluye la relación de un principio ordenador que implica la prohibición del incesto.

¿Dónde va a parar lo que se forcluye en lo simbólico? Va a parar a lo real. En el mismo acto en el que el sujeto se aliena constituyéndose como inconsciente, se puede decir por un lado que se constituye el sujeto y que por orden de la relación del sujeto con el lenguaje, en el discurso familiar, el sujeto queda forcluido de lo real.

El sujeto forcluye en lo real al padre que es forcluido de lo real, es empujado al orden del lenguaje; de ahí en más comienza el sufrimiento humano.

Si en el psicótico, desde lo simbólico está forcluido, rechaza, la función del padre, nos quedaría el nombre del padre borrado y se establece una relación diádica.
Sino resuelve en lo imaginario, porque no hay un padre real, se debe resolver en un más allá de lo imaginario, en el infinito; el sujeto tiende a la infinitización de su ser; no hay limites, no hay acotamiento del ser, no sabe quien es. Alucinación, clínica de frases interrumpibles, delirio, “…….”, son una manera de arreglárselas para suplir esta ausencia del padre; puede ser también el sinthome: asirse a un hacer.

La psicosis no tiene prehistoria, lo único que se encuentra es que cuando, en condiciones especiales algo aparece en el mundo exterior que no fue primitivamente simbolizado, el sujeto se encuentra absolutamente inerme.

Se produce algo cuya característica es estar absolutamente excluido del compromiso simbolizante de la neurosis y que se traduce en otro registro, por una verdadera reacción en cadena a nivel de lo imaginario.

El sujeto, por no poder en modo alguno reestablecer el pacto del sujeto con el otro, por no poder realizar mediación simbólica alguna entre lo nuevo y él mismo, entra en otro modo de mediación, completamente diferente del primero, que sustituye la mediación simbólica por un popular, una proliferación imaginaria.
Podemos distinguir 2 tipos de fenómenos: las personas del silencio y los fenómenos de la palabra.

La alucinación es el fenómeno del silencio por excelencia. El sujeto alucinado es el sujeto que esta extasiado frente a lo que ve, por lo tanto necesita de la palabra, se aísla y se disocia, está anclado en el silencio, fascinado. La alucinación es una fascinación de lo real. 

Cuando el sujeto se constituye, hay algo de las huellas anémicas que queda fuera de la represión originaria; eso puede retornar desde lo real como algo ajeno; le retorna como algo que no fue fruto de significación, que paso por la vía de la percepción, pero fuera de la apercepción, fuera de la significación. La alucinación define esencialmente la enfermedad del sujeto secuestrado del lenguaje, de la palabra. No es la ilusión, la remitencia de las idea, deliroides del obsesivo.
Alucinación es sobre-agregar al mismo campo receptivo, un objeto que es mas bien una puesta en escena del interior del sujeto. Es el fenómeno esencial. Los demás aparecen como intentos de curación.

Por otro lado hablamos de fenómenos elementales de la palabra: el delirio y la “……..”.
Con respecto al 1º, lo que hace el psicótico es una versión del padre. Trata de hacer una nueva versión del padre que no tuvo. Lo construye a través de una suplencia, suplencia de un lugar vacante en lo simbólico, estructurándolo, intentando curarse sol. El psicótico necesita del terapeuta como garante de su delirio e intenta deglutirlo en dicho delirio; lo que no debe hacer el analista es discutirle el delirio. El delirio es un juicio de atribución (a una existencia), es patológico y falseada, hay una perdida de la realidad. Es un punto de predicación que puede distorsionar la percepción del sujeto.

Hay una distorsión que significa un fenómeno de ilusión, de alucinación, o de pseudo alucinación. Para Freud, el delirio es un intento de curarse, una defensa ante la alucinación. Es un intento de restitución de lo que el sujeto perdió o no tuvo como realidad. Puede aparecer en forma de frases interrumpidas, en las que no esta completo para el otro lo que escucha, y donde a lo mejor el sujeto si lo ha completado en su cabeza. Allí el silencio se va colando y no adquiere una oración de significación total. Es una modalidad de ponerle límite al goce, al sufrimiento. La holofrase pude aparecer en aquellos discursos de frases interrumpidas. Esta tiene que ver con el significante que esta en juego en la neurosis, el significante uniano, único como punto de idealización, fundamento de toda causa. Se trata de la unión de pedazos de otras palabras que para el sujeto no significan nada; se puede recuperar aquella cadena cortada que quedo anclada en una frase o palabra, y descubrir su significación.

Lo ideal es “……….” La cura del psicótico en una dirección de la holofrase al delirio, del delirio al síntoma.



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